Hace muchos años que con amigos hacemos turismo aventura, recorriendo nuestra querida Argentina, especialmente a lugares cordilleranos, con la sola finalidad de abandonar por unos días la diaria rutina, conocer los paisajes majestuosos que regalan los Andes, en total camaradería y algarabía.
El principal objetivo en esta salida, era llegar al “Paso Come-Caballos” (paso fronterizo que transpone los Andes entre Argentina y Chile), ubicado en el centro oeste de La Rioja, empleado desde tiempos pre-colombinos, mejorado por el imperio Incaico (forma parte del camino del Inca), e incluso se habla que fue el utilizado por el ejército de “Diego de Almagro” en la primera expedición española al noroeste argentino en el año 1536. Toma importancia Histórica por haber sido uno de los seis pasos (el más norte de todos), por los que pasó parte del ejército Sanmartiniano en enero de 1817 (uno de los más grandes hechos históricos argentinos y una de las mayores proezas militares del mundo), llamada “Expedición Auxiliadora Zelada y Dávila”, ya que las tropas estaban al mando de “Francisco Zelada” y “Nicolás Dávila”, por este paso, avanzaron 130 soldados y 200 milicianos (voluntarios con casi nula formación militar, arrieros, mineros, baqueanos, rastreadores, domadores, criadores, labradores, entre otros y vestido con sus propias ropas). El paso de “Come Caballos”, es histórico, lo cual debe destacarse y ser un patrimonio cultural riojano y argentino….
La travesía estuvo integrada por 11 participantes (Toni Rosa, Marcos Stafolani, Gabriel Romero, Juan Barraza, Horacio Presas, Guillermo Alvarez, Fernando Oconell, Jorge Isola, Gerardo Barberis, Pablo Balls y Ricardo Accietto), en 5 camionetas (2 Amarok y 3 Ranger). El martes 20/11/2018, quedamos de acuerdo de encontrarnos todos pasado medio día, en Chamical, para continuar hacia Patquia y llegar por la tarde a la localidad de Guandacol (donde estaba previsto cenar todo el grupo y pernotar en el hotel “Guandacol” para iniciar el día miércoles 21, la intentona hacia “Come.Caballos”).
Luego de un buen desayuno, entre anécdotas amenas e historias cordilleranas, este excelente grupo de amigos, encaró hacia el objetivo. La primera parada en el puesto “Las Cuevas” del amigo Yuli Quiroga, no sólo para el abrazo prolongado con este amigo de tantos años, también para ir aclimatándonos a la altura. Continuamos hacia el puesto de “Los Nacimientos”, allí una corta detención para dejar una serie de donaciones que los muchachos llevaron para esa familia y la Escuelita de la zona (debo destacar que fueron hechas a nombre del “Club de Amigos Volkswagen Amarok y Club Ranger”). Otra parada en el inicio de la bella “Quebrada del Leoncito”, para aclimatación y contemplar los típicos refugios de arrieros, emblema de la zona. La próxima pausa de aclimatación, en laguna y salar “El Leoncito”, otra más corta en la costa de “Laguna Veladero”, para luego de renegar buscando pasos alternativos (las lluvias destruyeron la antigua huella) llegar cerca de las 14hs al refugio de “Pastillos”, lugar en que hicimos un fugaz almuerzo, seguido del merecido descanso de media hora antes de reanudar viaje. Apenas pasadas las 15hs, por una tortuosa huella totalmente destruida, a la fuimos agregándole una gran cantidad de pasos alternativos para poder llegar a la costa del “Río Blanco” y su primer vadeo, la huella siguió en deplorables condiciones demandando pasos alternativos, destreza de pilotos y exigencia de las chatas; luego de vadear cuatro veces el blanco, llegamos al destruido refugio “Pucha Pucha” y la ya aparentemente en desuso “Estación Meteorológica”, continuamos camino cada vez renegando menos con la huella, vadeamos el “Río Salado” un par de veces, nos costó mucho encontrar la casi desaparecida huella que lleva al paso, pero luego de dar algunas vueltas y al GPS de Toni (que había hecho correctamente los deberes), logramos encontrarla, nos metimos de cabeza en ella, a medida que avanzábamos los penitentes parecían no dejarnos pasar, pero con paciencia fuimos buscando por dónde seguir subiendo (incluso hicimos una alternativa de unos 250 a 300Mts, con 2 ruedas avanzando sobre la vega, que por estar congelada, nos regaló el poder seguir), más adelante llegamos al refugio de “Come Caballos”, ubicado a unos 4 ó 5 Km del paso, desde allí la trepada que se ve parece imposible que remonten las camionetas (según me comentaron, el nombre de “Come Caballos”, es debido al gran esfuerzo que hacen estos animales para sortear tremenda subida y algunos le cuesta la vida), pero por suerte en 2da de baja y a un régimen parejo de 2000rpm (no más para evitar el patinado sobre un terreno poco firme), las cinco camionetas nos dieron la alegría y emoción de ponernos sobre el histórico paso a casi 4500msnm. Luego del abrazo con lágrimas en los ojos por haberlo logrado; desandamos camino para volver a la costa del río Salado y continuar por ella hacia el norte, para encontrar la RN76 (Paso Internacional Pircas Negras), otra huella totalmente abandonada y destruida por las inclemencias del tiempo, debido al estado de la huella y que nos sorprendió la noche, la marcha se hizo muy lerda, llegamos a “Vialmani” tipo 22hs. Acá hago un alto con el relato, cuando nuevamente disponga de tiempo, voy a comentarles los incómodos momentos que nos hicieron vivir la gente de la aduana y continuaré con el relato de esta travesía…
Posada Guandacol, como siempre muy conforme con ella…

Puesto “Los Nacimientos”

Parada en la puerta del Leoncito, para hacer aclimatación

Salar y Laguna “El Leoncito”

Costa de Laguna Veladero

Hacia el refugio de “Pastillos”

Refugio Pastillo

Vadeando el Blanco




Primeros penitentes en la huella

Destruido refugio “Pucha Pucha”

Refugio “Come Caballos”

Hito y placas recordatorias en el “Paso Come Caballos”

La alegría y emoción de haber llegado
